En Argentina, cuando se deshacen de los billetes, usan un método de picar completamente el papel y armar tacos cilíndricos, muy comprimido. En ocasión de conocer a alguien que trabajaba en la casa de la moneda, me trajo uno porque me pareció de fantasía.
Los tacos, de diferentes tamaños, representan cantidades que cuesta creer, el mío, representa 50 mil pesos.
Es decir: utilizaron energía, procesos, personas, tiempo, para convertir 50 mil pesos en un cilindro que sirve de pisapapeles.
Ante mi pregunta sobre para qué, la persona me comentó que aunque me costara creerlo, se venden, la gente siente una especial atracción por lo simbólico del objeto.
Tengo que reconocer que estuve mirándolo por unos días, haciéndome a la idea, a ver si me parecía interesante y no lo logré. Como me regalaron dos, en mi caso era para poner en los extremos de libros, como contenedor de libros; dos me parecieron un exceso. El que regalé, produjo exacta esa expresión que me habían comentado, una sonrisa, un impacto, un gracias exagerado.
Como siempre, hay detalles como esos que te dejan pensando que vivís al margen de la vida.
Pero hoy leí una noticia interesante, en China, en la provincia de Henan, hay una ciudad entera que se alimenta de la energía que se crea de quemar billetes, los fuera de uso, los más gastados.
El pensamiento fue, mientras en Argentina gastamos energía para hacer pisapapeles, en otros países, les encuentran un uso realmente útil, que me provoca una sonrisa e impacto.
Esto me hizo pensar en las supuestas resmas de camiones trasladando billetes verdes, según algunos, mientras que en lugares como Disney, en donde el billete circula en cantidades que no se pueden trasladar, o en lugares como Las Vegas, no se trasladan los billetes, sino que se queman en el lugar y se avisa al tesoro nacional, que ahora puede emitir billetes nuevos, pero que además genera un asiento contable en un banco que indica que esos billetes tienen dueño; cuando el dinero se va a utilizar se emite, sino, no es necesario.
De manera que el gran invento del billete verde circulante, es tanto una fantasía como un bien pensado procedimiento para ahorrar energía.
Los chinos tienen una peculiar forma de convertir acciones inútiles en útiles, de hecho, es un sistema menos contaminante que el combustible fósil.
Para comparar, 1.30 millones de kilovatios son equivalentes a 4000 toneladas de Carbón, por año, que es lo que usa el pueblo.
No obtuve muchos datos del volumen de hogares, de cuanto representa en la economía de energía, pero poner de acuerdo a bancos que son los recolectores, debe ser todo un problema, suficientemente importante será el ahorro para lograr eso en una país, que está pensando en utilizar el método para el resto de su territorio, siendo que son, además, prácticamente la mitad de los habitantes del planeta.
En Argentina no logramos ponernos de acuerdo en el horario de recolección de basura, y ni siquiera está en la imaginación o agenda de los gobiernos modelos de prevención para cuando ya no haya combustible fósil.
Luego, hay otros mensajes circulando por ahí, se dice que los países como nosotros, jóvenes, híbridos, inmaduros, aprovechamos mejor las últimas tecnologías, porque cuando estamos en condiciones de cambiar algo, podemos cambiar a procesos que ya están probados y maduros.
No creo haber vivido tal optimismo, pero quien sabe.