El t??rmino trabajo est?? perdiendo el sentido. Ahora se convence a ni??os que trabajar est?? bien, en vez de jugar, crecer.
La perplejidad, ya ha llegado al límite en los humanos, el cerebro, se percibe, que necesita andar acomodándose; la biología que somos, infectada, produce anomalías.
Hay viejos jóvenes que se suman al deterioro del lenguaje, a la resolución fácil que ofrecen las tecnologías, que por su parte dan la sensación de estar regalándonos todo; son más efectivas que las sirenas de Ulises.
Pero el tiempo, que tiene dirección y sentido, aunque algunos se resistan a la idea (ver Historia del tiempo de Howking y la más reciente teoría de Cuerdas), va en el sentido contrario también: los jóvenes que son viejos.
Uno de estos especímenes ha sido detectado por Google, un niño de 12 años, griego él, que pasó a formar parte de la planta de asalariados de esa empresa.
Lo extraordinario no es solamente la edad, sino que en sus manos (ir)responsables tendrá la tarea de generar un producto, una Red Social, con la misión de competir con Facebook.
12 años y de un clic, le suprimieron la niñez, le hicieron una carambola a la adolescencia y lo metieron en la carrera de competir, además de un adoctrinamiento sobre lo que significa el éxito, el prestigio.
Entiendo que niño y padres, binomio (in)funcional, son los únicos que tiene derecho a decidir, pero no deja de sorprender que lo que ha perdido buena prensa, en realidad, es la época de la dolce far niete, el dulce no hacer nada y no tener responsabilidades a los que el otro extremo de este espectro, los viejos jóvenes, queremos volver.
Durante miles de años, hemos trabajado para descansar, no sé dónde apareció la situación de que trabajar no es para descansar sino para que empresas que ya manejan el mundo, sigan manejándolo y ahora absorbiendo lo más valioso: recursos humanos.
Por otro lado, no dejo de pensar en la entropía del planeta, si los niños van a seguir naciendo con capacidades aparentemente desnaturalizadas, quién va a ser el consumidor, cómo sigue, cómo lograrán que nos capturen con productos que no necesitamos. Ya muchos declaran estar aburridos del Facebook, del Twitter, o alternativamente de uno o de otro, luego de admitir el desgaste en tiempo de uso, superior a beneficios en cualquier aspecto, personal, comercial, etc.
Ahora, se plantea la singularidad: Mark Zuckerman, el creador de Facebook, es un adulto; la idea que un niño de 12 años esté creando el producto que succionará nuestro tiempo en lo que se calcula menos de 3 meses –se dice que el producto sale en enero del 2014-, es muy perturbadora.
Aquí se puede leer sobre Nikos Adam, el niño del que nadie dice que es un genio, es simplemente fluctuación de estos tiempos:
Cuidado, el sistema para armar libros electr??nicos de Apple, impide que los lectores sean cualquiera, tienen que usar dispositivos Apple para leerlos.