Las bodas siempre son momentos inolvidables que, por desgracia, duran solo un día. Pero, en realidad, si le sumamos todos los meses de preparación previos, en realidad duran mucho más. Y aunque llevemos nuestro despampanante vestido de novia o el reluciente atuendo de novio solo durante 24 horas o más, previamente hemos invertido tiempo en seleccionar una sastrería a medida en Barcelona, por ejemplo, probarnos los distintos modelos disponibles, tomarnos las medidas del que finalmente hemos elegido, etc. Lo mismo puede decirse de la organización de la ceremonia, la lista de invitados, el banquete, el fotógrafo y los músicos, pero algo tiene la ropa que hemos decidido llevar en un día tan feliz que, de algún modo, todo lo demás orbita en torno a ella. Tal vez porque, más que ninguna otra cosa, nos señala a nosotros y a nuestra pareja como los protagonistas indiscutibles del feliz evento.
Porque, a pesar de las tradiciones, que no siempre merecen conservarse y que a menudo hablan de costumbres pasadas de moda, no solo la novia tiene derecho a brillar este día, porque no es solo su día, valga la redundancia. En otras palabras, los trajes de novio a medida, y todas las semanas que pasemos escogiendo uno y dejando que el protagonista masculino disfrute probándose sus estilos y colores favoritos, también es fundamental. Sí, colores favoritos, y no nos referimos precisamente al negro o el gris, los monocromáticos tonos que desde siempre se han asociado a ellos. Hoy en día, por suerte para los novios más modernos, podemos escoger trajes de chaqueta y chaleco, y los complementos añadidos, de toda la gama del arcoíris: el burdeos, el azul eléctrico, el verde bosque y el magenta, entre otros muchos.
Y, desde luego, si hay una celebración en la que lo último que debemos hacer es reprimir nuestros gustos personales y nuestras prioridades, esa es sin duda una boda. Merecernos vernos guapos y guapas con los trajes barrocos o sencillos, recargados o minimalistas, más increíbles. Al fin y al cabo, el día pasará antes de lo esperado y solo nos quedará el recuerdo de vídeos y de fotografías.