Sin duda la atracción principal en la era de la Internet es el campo de proliferación entre usuarios en el que se espera impactar con la oferta de un producto, servicios o información, y todo parece fácil y al alcance de todos.
Sin embargo, el principal problema es administrar, precisamente, los volúmenes de información, el tiempo necesario para procesarlo y llegar con el producto al cliente, ese usuario realmente interesando en nuestro producto.
Cualquier condición de éxito tiene que ver directamente con el posicionamiento en buscadores, es decir, el usuario busca aquello que ofrecemos y entre miles de ofertas la nuestra aparece en una posición prudente, donde la paciencia del usuario llega en su búsqueda mediante los catálogos de vínculos, temáticos o por buscadores.
Los negocios en la Internet son un conjunto de estrategias para obtener visibilidad y diferenciación frente a la competencia, lo que implica un grado de detalle en el conocimiento sobre cómo nos buscan los usuarios. En ese sentido hay muchas herramientas en el mercado, Google a la cabeza que ofrece información sobre cómo impactar en los resultados de las búsquedas basados en análisis de tenencias de consumidores, lo que hace que tanto el marketing, como la publicidad, de la mano de aplicaciones, estén orientados a ayudar en el proceso.
Sobre todo, estar en Google, el posición preferencial, es ya una suerte de ranking de calidad, Google es el mayor filtro en la calidad de productos, con sus algoritmos, haber conseguido un buen posicionamiento es un indicador de seriedad y calidad.
De manera que el posicionamiento en buscadores es prácticamente un certificado de calidad.
En el factor posicionamiento no sólo intervienen la situación con la competencia, sino también decisiones en el diseño de sitios para mejorar la presencia, presentar información fidedigna que es de aceptación para los clientes y ello debe combinarse con una presencia en medios de comunicación, las redes sociales a la cabeza. Teniendo en cuenta lo difícil que resulta para los diseñadores de esas aplicaciones aplicar reglas que diferencien usuarios, detecten tendencias, identifiquen preferencias, hablan de un consumidor que lejos de facilitar las cosas muestran una pluralidad de intereses que no hacen fácil el manejo del volumen de información que ello infiere.
Cada vez que un usuario busca algo en Google no está haciendo otra cosa más que delegarle la decisión de cuáles son las mejores ofertas en esos que buscamos, ya preseleccionadas por Google con parámetros de calidad en diversos aspectos, uno de ellos es la popularidad, la aceptación por parte de los usuarios, cada uno, con sus ingresos repetidos a los sitios le dan votos al sitio y le aportan valor al producto del sitio, es por ello que el método ha generado una suerte de campañas masivas para obtener accesos, clics, hacia los sitio, sin embargo, los algoritmos Google son buenos hasta en eso, en detectar accesos poco valiosos, lo que se da en llamar calidad del clic.
Lo que es cierto es que el visto bueno de calidad, tiene una previa en la aceptación de calidad por parte de Google, aparecer entre las primeras tres páginas de cualquier búsqueda es un visto bueno importante.
Por ello, para las empresas es casi imprescindible contar con presencia en el sistema de clasificación de búsquedas en Google, lo que implica incorporar un SEO posicionamiento, un profesional que asesore e implemente políticas de mejoras para conseguir ese posicionamiento.
El papel clave para tales condiciones es la generación de contenidos, la calidad del mismo es la calidad en responder a las búsquedas de los usuarios y para ello, tener conocimiento e investigas las tendencias.
Como puede verse es clave mantenerse actualizado sobre las tendencias de los consumidores y su forma de intervenir con sus inquietudes en la Internet, ya sea mediante aplicaciones, redes sociales, plataformas temáticas y fundamentalmente en buscadores, con Google a la cabeza.