Las refacciones de hoy se cotizar??n en el futuro.
Ante la confusión y cambio de normativas constantes, la denominación de cepo al dólar es un sustantivo común que intenta englobar un concepto insuficiente.
Lo primero que hay que saber es que no es la misma operatoria estrenar inmuebles, comprar a nuevo, que invertir en departamentos usados.
La mejor opción actual es invertir en edificios en construcción, pues la operatoria se hace en pesos y bajo diferentes modos de contratación, con la del modelo de Fideicomiso que ofrece ciertas garantías respecto a la inversión.
En cambio las propiedades por las que hay que negociar con los dueños de los departamentos y que acepten que las nuevas operatorias se realicen en pesos.
Una idea es el intercambio, buscar una propiedad que se quiera cambiar por otra y si es viable una diferencia en pesos, pero salvo casos especiales en el que una de las partes busca invertir y la otra tiene necesidad de vivienda, no parece una opción en la que invertir recursos humanos.
Hasta el momento, el modelo de Fideicomiso en pesos y en cuotas, es uno de los modos más interesante en una economía enrarecida.
El modelo de Fideicomiso supone una inversión a largo plazo, con un monto de adelanto en efecto que depende de la valuación del edificio o construcción en cuestión, que va desde el 20 al 30 por ciento, con un saldo en cuotas bajo un régimen de indexación que usualmente es la del índice de construcción, el aceptado por la Cámara Argentina de la construcción.
El principal atractivo de este modelo, es que es la de ser una inversión protegida que no está sujeta a los vaivenes de la economía personal de los inversores, ya que no es embargable, entre otros aspectos.
Las operaciones de propiedades usadas, son las conflictivas. Pues los dueños no encuentran la manera de ver que la venta les provea una posibilidad de inversión, si la operación de realiza en pesos, debido a la inflación.
Se podría pensar que entonces las opciones son claras, pero en la realidad, las razones del mercado dictan que los usados son el producto que se comercializa mejor, cuando es viable, y es de esa actividad que se alimentan las inmobiliarias.
En la realidad, las propiedades están, pero en dólares, aunque se intente que la operación se realice en pesos, la operatoria no se realiza si no es en dólares.
Si el comprador dispone de los dólares, la operación no tiene problemas.
Es por ello que el cliente que puede realizar este tipo de operaciones es el extranjero, que cuenta con la posibilidad de adquirir la moneda en su país, o que puede comprarla libremente en los países limítrofes.
Incluso, este tipo de comprador cuenta con la posibilidad de contar con mejores precios, ya que la demanda está limitada.
Entre este tipo de comprador y el que puede invertir en el modelo de Fideicomiso, hay una larga variedad de operaciones que están sujetas a la necesidad del comprador y del vendedor.
Esta situación mantiene al mercado inmobiliario en una espera poco feliz de reactivación, el escenario no termina de acomodarse a las normativas, que ya aparecen nuevas.
Contradictoriamente, la situación favorece a los desarrollos nuevos, porque cuando el valor de los insumos es más importante que la moneda, es adecuado y propicio gastar en bienes. Es el caso de la reactivación de refacciones o remodelación de inmuebles.
Los clientes prefieren volcar sus inversiones en remodelaciones, lo que ha hecho bajar el precio de los materiales de construcción, lo que a su vez favorece los emprendimientos de Fideicomiso, con sus propuestas de edificios nuevos.
Es por ello que las inmobiliarias desarrolladoras, como la inmobiliaria Sebastian Cantero, cuentan con las mejores posibilidades de inversión, dada la situación actual.