El Grupo 23, uno de los pocos bastiones de resistencia contra los medios hegemónicos, finalmente ha sido literalmente barrido, cerraron Tiempo Argentino y Radio América, dejando a empleados sin pagos, ahora con un complicado futuro laboral que se suma a los miles de casos.
La persecución ideológica es evidente en tanto todos los medios del grupo están siendo atacados y en el mismo proceso de vaciamiento, las revistas Cielos Argentinos y 7días, InfoNews, El Argentino y las radios Vorterix, Rock Pop y Splendid.
Algunos artistas decidieron apoyarlos con un recital en las diferentes plazas, en las que bajo las mismas energías, se entonaron cánticos en contra de Macri.
Se destaca la libertad con los artistas menos conocidos se sumaron a la propuesta y en cada plaza de la ciudad, pareció la misma consigna, Macri es la dictadura, expresaron los artistas.
Con tantos movimientos autoconvocados y un público que aplaude, es difícil reconocer un país en el que se supone que la mitad más uno del país votó a un presidente que a menos de un mes comenzó a desbaratar políticas sociales, que son como derechos adquiridos, pasó por encima de ley con despidos injustificados, pero que mostró lo peor de cada uno, en los lugares de trabajo quedó evidente dos aspectos, los que apoyan el “proceso”, y los que fueron idiotas útiles.
Es evidente que hay un fuego fraguando, un movimiento sin más dirección que el de la injusticia y el abuso económico por parte de todos los frentes, las subas no se circunscriben a la energía, sino a los impuestos, la comida, la salud, los medicamentos, absolutamente todo ha comenzado a quedar desproporcionado con el único beneficio de las empresas.
Mientras, Macri se saca fotos de sus zapatos en la oficina de Olivos, es una metáfora perfecta de Nerón viendo cómo Roma se incendia, sin que se le moviera un pelo.
La gente tiene un sentimiento creciente de que algo va a explotar, y parece que se está extendiendo demasiado, ya que el apoyo y protección del pueblo en general y el trabajador en particular, los gremios, de tan ausentes tiene mayor presencia.
Dónde están los gremios que deben proteger nuestras fuentes de trabajo, piensa la gente.
La respuesta parece obvia, disfrutando la porción con que el gobierno premió sus apoyos.
Sin duda que los gremios fueron protagonistas de la situación, los reclamos de la gente no serán atendidos por esa puerta, pero la gente común, la gente indignada se ha puesto al hombro la protesta, y está saliendo a defender lo propio.
Antes de las elecciones, cuando se les advertía a los votantes PRO, que pasaría los que están pasando, ellos respondía: “no los van a dejar”, ante la pregunta “quién no los va a dejar”, en otras palabras era el mismo efecto que el “no te metás”, que permitió la peor dictadura que se haya vivido en Argentina, la respuesta vacía no fue tomada como un alerta, justo la brecha de credulidad que tan bien supo aprovechar Macri, con el 51 por ciento de votos, el poder de policía y aparatos represivos, apoyo logístico y económico de las potencias del norte, los que opinaban tal cosa no asumía que era su momento, su rol, era cada uno mismo el que no debía dejar que pasara.
Los análisis retrospectivos y reproches son inconducentes en este momento, la mejor manera de seguir es reconocer el error y ahora asumir el rol de defender, sin esperar más que “alguien se ocupe”, para ello, lo ideal es apoyar las convocatorias, acercarse a los lugares de reunión y protesta, presionar para que sepan que no les saldrá barato, lo que es seguro, que nadie más lo hará por uno.
Apoyemos a nuestros artistas, a los trabajadores, a nuestros bolsillos.
Salgamos a las plazas y mostremos que estamos de pie.
El Festival que más convocó, en Parque Centenario el domingo 31 de enero cerró Bersuit Vergarabat y Las Manos de Filippi, con la previa presentación de Acorazado Potemkin, Liliana Herrero, Chango Spasiuk, Ariel Prat, Flopa Lestani, Tamesis y Cristian Aldana.