Esta aplicación que permite conectar con miles de otros usuarios, se crea, como otras redes sociales, con una característica básica, es una herramienta que esconde su apariencia ilusoria.
Las personas lo utilizan para intercambiar conversaciones, pero fundamentalmente datos.
Con subterfugios como acciones de “me gusta” o “compartir”, la herramienta compara, cuenta, marca tendencias, informa.
Los informes de Facebook, suelen ser como los de Google, indemostrables.
Hay resultados en Google que indican valores por millones, no hay tiempo físico para revisarlos, por supuesto no lo hace nadie, es una cuenta que sólo puede hacer una computadora, sin embargo que revisando someramente, unas pocas páginas, es fácil determinar que los resultados que nos muestran, salvo y probablemente los del principio, el resto no responden al horizonte de expectativas que planteamos.
En otras palabras, la herramienta que cuenta trabaja con una ponderación que es tan poco precisa como nuestra forma de buscar.
Del mismo modo, Facebook, emite comentarios como: “Más de 1000 millones de personas han concretado logros a través de Facebook”, por la mera cuenta de la cantidad de “me gusta” e interpreta la cualidad de satisfacción.
En cualquier encuesta breve, la respuesta de los “me gusta”, en un gran porcentaje son de cortesía, o lo que los usuarios toman como cortesía, esa acción no la realiza el usuario, la envía la herramienta, hay un componente psicológico que invita a tener una atención e indicar me gusta, pero sólo por apoyar, en la mayoría de los casos la gente ni siquiera lee lo que se está apoyando.
Facebook, consciente de ello adosó la acción de “compartir”, que supuestamente requiere al menos leer, sin embargo, compartir no es lo mismo que estar satisfecho.
La gran cantidad de factores de representación de ambas acciones escapa a cualquier cuenta, sin importar cómo afine o filtre esta acción, y siempre queda el problema: es incomprobable.
Una cosa es emitir un número por cuestiones de curiosidad, otra cuando hay negocios de por medio.
Facebook es un gran compendio de publicidad, más que cualquier otra calificación, el aspecto social es una estrategia, cuyo efecto es claramente vender nuestras preferencias a las empresas y parte de inflar números o interpretarlos es la misma cosa.
Las redes sociales, como los buscadores, son el resultado de tácticas que se combinan para convertirnos en clientes.
Sin embargo, somos cada vez más astutos y empezamos a tener nuestros propios filtros, seguiremos con los “me gusta” de cortesía, pero hay una realidad numérica que las empresas detectan con toda eficacia y es cuando no tiene clientes a pesar de los informes de Facebook.
Es por ello que los usuarios preparados, tomamos toda novedad de las aplicaciones de redes sociales como el tridente del diablo, sabemos que nos están enganchando para algo, con algún fin, quieren usarnos.
A pesar de que lo entendemos, las redes sociales siguen intentándolo, porque en lo masivo, la ganancia está en porcentajes que nunca son pequeños, total, el número, la cantidad es gratis, estamos muchos allí, de una masa increíble de clientes, con que un pequeño porcentaje caiga en tentaciones es suficiente para justifica todo el aparato de captación que son las redes sociales.
Cuando leemos que Facebook indica algún porcentaje de satisfacción, la interpretación de ello es más exacta que es el mismo Facebook el que está satisfecho, no está informando nada sobre nosotros, sus usuarios.