Cuando cayeron las torres gemelas, ya sabemos, cayó un símbolo importante. Lo que es difícil de acotar es el alcance de ese símbolo, sobre todo englobarlo en una palabra.
Para la mayoría será fácil, pues la palabra capitalismo, parece ser a adecuada, sin embargo, hay mucho más que eso, por ejemplo, nadie menciona que las torres gemelas, eran un destino turístico hacia el cielo.
Pocos lugares en el mundo hay con la característica de alcanzar el cielo a pocos minutos en ascensor. Las torres gemelas, eran la visita habitual de miles de turistas por día, el vértigo, el paisaje, la cumbre, quién sabe, el encanto de estar sobre todo, mirando desde arriba a un ascensor de alta velocidad del cielo.
Aunque la recuperación económica es posible, y no lo es el dolor del crimen, el camino al cielo, en la ciudad herida, está asegurado.
Pronto contará con un observatorio abierto al público en el nuevo edificio, de 524 metros de altura, será el más alto de Nueva York.
Otra vez, camino al cielo, ahora más moderno, a partir del piso 100, ocupará 3 pisos, y se pagará por el ingreso, menos para los involucrados, víctimas de los atentados.
No lava heridas, ni siquiera las atenúa, será una costura en una ciudad que no encuentra consuelo.
Tener Nueva York en panorámica desde el solar en donde las torres gemelas se erigían orgullosas, será un imponente rascacielos preparado para el turismo, con amplios ventanales, que además alojará un teatro en el que se podrá conocer la historia de Nueva York.
Los ascensores, serán los más rápidos del mundo, los usuarios, dicen, entenderán la sensación de volar, 100 pisos en un minuto, el viaje hacia el espacio más corto del mundo.
Vienen días de celebración, que se calcula durará varios días. Las actividades que se llevarán a cabo contarán con la presencia de miles de personas, toda una prueba de atención al nuevo emprendimiento.
Rodeado de restaurantes, habrá espacio para alquilar para eventos, reuniones, bodas.
El observatorio del One World Trade Center, es la respuesta de una ciudad orgullosa que sabe renacer de sus cenizas.