Son las bebidas más vendidas en el mundo, su comercialización ha levantado verdaderos imperios, aunque han caído algunos, siguen siendo de la preferencia del público y una alternativa “vendida” como sana contra el alcohol.
Pero la realidad de las gaseosas es bien diferente, la primera, la más antigua, a la cabeza de las bebidas que afectan la salud.
Para comenzar, no es muy bueno consumir alimentos muy fríos, nuestra biología nos da señales, muy frio los sensores de sabor en la boca se neutralizan, no estamos preparados para degustar alimentos fríos, por lo que las sensaciones reaccionan mal.
Para sentir el sabor de la gaseosa helada, tal como el mismo helado, la cantidad de azúcar por unidad de superficie es mayor que en cualquier alimento que se encontrare en la naturaleza.
El sabor dulce o al borde de lo dulce, en las gaseosas y helados, implica una cantidad de azúcar que se introduce en el sistema, de golpe.
En especial las bebidas Cola, sabrosas y refrescantes, con su inyección de gas carbónico CO2, que introducida en un sistema biológico, cuenta una historia aparte.
La expansión de los gases da lugar, en algunos casos hipo activación, síndrome de intestino irritable, otros efectos es el de distensión de estómago, que disminuye la eficacia para digerir alimentos, pues la acidez no es suficiente.
Cuando se bebe una gaseosa, o un helado, el cuerpo recibe un “golpe” de azúcar, si fuera pura, por ejemplo ingerir cucharadas completas, una detrás de otra, el cuerpo reaccionaría con una arcada y probablemente vomitaría. Para evitar esa reacción desagradable a la gaseosa se le incorpora ácido fosfórico que neutraliza el efecto.
A los pocos minutos, el exceso de azúcar eleva la insulina, lo que provoca un trabajo forzado del hígado que convierte en grasa el azúcar que le sobra.
Con los siguientes minutos el cuerpo absorbe la cafeína, las pupilas se dilatan, la presión sanguínea aumenta y el hígado envía enormes cantidades de glucosa al sistema circulatorio.
La glucosa es una molécula, fuente primaria de energía del cerebro y la mayoría de las células del cuerpo, regadas como una avalancha, fuerzan las funciones del sistema, la glucosa viaja por la sangre, que ahora está sometida a una mayor presión por una cantidad superior a la natural, la acción de bombeo del corazón, encargada de distribuir la glucosa, aumenta.
Hay muchos otros rebotes en los diferentes órganos del cuerpo que provocan diferentes problemas, no es que todos se ven afectados del mismo modo, ni que sea algo perceptible, sino que se da con el tiempo, el abuso, la costumbre.
Las gaseosas, como los helados, deberían ser alimentos excepcionales, y debería eliminarse de la mesa habitual.
Los que compran gaseosas para acompañar la cena o el almuerzo o ambos, están creando las condiciones de las enfermedades del futuro.
La biología del hombre está diseñada para la variedad, y los escases, como para todos los seres vivientes en la tierra, no sabe protegerse del exceso, y no es eficaz para subsanar ese exceso cuando se comete cotidianamente.
Mientras la medicina ha empujado la media de la vida del hombre, con los nuevos descubrimientos médicos, por primera vez, en los siglos en que se estudia los efectos de la medicina está disminuyendo la media de edad de muerte del hombre, y la culpa de este fenómenos son los hábitos cotidianos, el cigarrillo, la ingesta de gaseosas, alcohol, dulces, grasas.
Como para todo, los excesos cuando son extraordinarios, le dan tiempo al cuerpo a recuperarse, pero si persisten, el cuerpo se deja vencer.