Ya se especula con que el levantamiento del cepo cambiario afectaría a las inmobiliarias en forma positiva.
Esto presupone que el mercado inmobiliario en su totalidad entré en una especia de caída libre, sin recuperación, sin embargo, no se vió en los edictos judiciales que se cayeran inmobiliaria o se presentaran en quiebra.
A los que han perjudicado es más bien al propietario o al que necesita comprar inmuebles o al que necesita vivienda, porque lo que estaba en crisis, antes del problema del dólar es el crédito, y en cuando a las operaciones, se hacen a la medida de la inversión que las empresas inmobiliarias desarrolladoras propusieron, mostrando la mejor de las cinturas para acomodarse a las situaciones que fueron modelando la extraña economía argentina.
Mientas los diarios señalan al mercado inmobiliario con las palabras de principales víctimas, en realidad es el sector que más ha movilizado proyectos constructivos, con modelos económicos factibles, como los Fideicomisos inmobiliarios, pozos, o sus variantes que se acomodan a las circunstancias que planteaban las basculantes medidas económicas.
La nueva situación sobre la adquisición de la moneda en la que se basa el valor inmobiliario no parece ofrecer mayores diferencias para el sector inmobiliario.
Algunas de las razones es que había instrumentos que hacían factibles la operación en las condiciones que estaban establecidas, operaciones con Fideicomisos en pesos; otra, el instrumento CEDIN que aunque no hubieran tantas operaciones como las esperadas, era una opción factible.
A su vez, la ley de tierras, que limitaba la inversión de extranjeros, no regía para los bienes inmuebles, con lo que la compra de propiedades con alto confort en geografía interesante, dentro del corazón de la ciudad, como en el caso del emprendimiento inmobiliario de la inmobiliaria Sebastian Cantero en el Barrio de Congreso, Tango Work and Live.
En un principio fueron oficinas. En cuanto se modificaron las condiciones de la compra de la moneda extranjera, muchos se movieron rápido y apuntaron a las oficinas, el mercado inmobiliario destinó sus esfuerzos a ofrecer el stock de oficinas que son siempre un caballito de batalla útil y de mediana inversión.
Conociendo el tema, muchas inmobiliarias aprovecharon para sí mismas el consejo, es así que se vió que muchas inmobiliarias comenzaron a abrir pequeñas sucursales, con poco personal y las mismas ofertas que en los grandes locales.
Luego, en cuanto las medidas parecieron endurecerse, las cocheras fueron la salida. En una ciudad en la abundan las paradojas, el mercado automotor aumenta sus exigencias, y las cocheras fueron el nuevo paradigma, como producto.
Es así que en los nuevos emprendimientos constructivos es común encontrar la posibilidad de adquirir una cochera, sin necesidad de comprar una unidad de vivienda, es el caso del emprendimiento Tango Work and Live, que en un emplazamiento privilegiado, en pleno centro neurálgico de la ciudad, ofrece cocheras con el modelo de Fideicomiso.
En suma, el pesimismos con que mide el impacto en las inmobiliarias es más un estímulo para nuevas propuesta en un sector que está en la mira, por ser indicador de saneamiento económico de un país, sin embargo, y a pesar de las dificultades, el sector encuentra el modo de operar en las condiciones que le impongan.
En materia de impacto, algunos operadores siguen de cerca las recomendaciones del joven empresario Sebastian Cantero, que entró al mercado con empuje e innovación en su modalidad de comercialización, se impone en el mercado con propuestas en Argentina, Uruguay y Miami.
Un empresario que no espera señales, sino que se acomoda a las propuestas ofreciendo oportunidades interesantes a quién lo siga.