Relatos, literatura, literatura latinoamericana, Ana Abreg??, escritora argentina, metaliteratura, revista de literatura.
Cómo definir lo más importante, si la memoria o el pensamiento. Sin memoria los pensamientos quedan desvalidos, pero la memoria subsiste sin necesitar de los pensamientos. A esta altura de la ciencia, ya sabemos que hay memoria en la propia tierra, en nuestro ADN, en las plantas, en las capas geológicas, pero la más antigua de las memorias está en las piedras. Las piedras se crean cuando un volcán hace erupción y envía el material hacia la atmósfera, mientras cae y al ir enfriándose forma un sistema de memoria entre los intersticios moleculares que va registrando toda la etapa desde las alturas, y su formación hasta hoy. Las piedras absorben del aire información sobre la situación de las épocas que transcurren.
Las piedras más viejas, tienen más de 3 mil millones de años, los científicos han encontrado en su interior evidencia, desde que la tierra era un proyecto, pasando por el primer organismo unicelular que fue hace muy poco, 600 millones de años.
En relación a la historia de la piedra, la vida que somos, es insignificante.
La piedra lo sabe todo.
Por más que haya especulaciones sobre que nuestro complejo cerebro cuenta con millones de neuronas sin usar, son intrascendentes frente al conocimiento que tiene la piedra.
Nuestro diseño es, además, bastante cuestionable.
A través de la memoria de la piedra, supimos que una de las distinciones más interesantes entre reptiles y mamíferos es la posibilidad de respirar y masticar a la vez. Es uno de los aspectos evolutivos que mejoraron nuestra capacidad de subsistencia, reptiles como la boa constrictora o el Dragón de Komodo, entre otros, no pueden hacerlo, tragan enormes bocados y todo su sistema tiene que estar atentos a no asfixiarse en el transcurso; mientras que nosotros además, podemos distraer nuestra atención en el mismo proceso, lo que nos hizo menos vulnerables.
Más allá de otras tantas diferencias por los que la piedra es superior, destaco el hecho de que aproximadamente en el breve término de nuestro ciclo de vida mediano, digamos, medio siglo, la herramienta diseñada para mantener nuestra salud nutricional, los dientes, comienzan a desaparecer, mientras que la piedra enriquece su memoria, sigue alimentándose y seguirá luego que nosotros seamos los desaparecidos.
Algunos dirán de qué sirve la memoria si no hay un pensamiento que de cuenta de ella, hay que decir también que a pesar de ello, a la piedra no le importa.
La piedra es en realidad, el ente superior del planeta, sin necesidad de nuestra arrogancia, nos supera en la mayor de las conquistas a que el pensamiento aspira: la piedra ha conquistado el tiempo.