El concepto de la manipulación de la mente humana, sobre todo de grandes grupos no es nuevo, se ha hecho y logrado a través del tiempo exaltando virtudes, religiosidad u orgullo de pertenencia a un sector bien determinado.
En las luchas por la desigualdad y la justicia siempre en la historia aparecen los lideres; mucho de una altura moral inigualable a través de toda su vida, otros corruptos por el poder y el dinero; estos últimos, en términos generales nacen limpios, con el tiempo pierden su ideario y solo les interesan beneficios sectarios o personales, en el fondo son humanos, y no todos están a la altura de su destino.
Hoy, la realidad es que a diferencia de tiempos idos, líder no se nace, líder se hace, eso sí tenemos las herramientas necesarias, y trabajamos bien el campo donde queremos introducir a este nuevo conductor.
Si podemos lograr un líder confeccionado a medida por un equipo de márquetin con los idearios y expectativas de una masa desconforme (disconformidad lograda por esos mismos medios), tenemos la mitad del camino recorrido, solo hace falta concentrarnos en el proyecto y repetir una serie de pasos, que si los analizamos parecen simples e inocentes, pero la realidad es que son muy efectivos; en esencia se apela a la “inteligencia“ de la persona-objetivo concentrando el accionar en repetir y mentir sobre un tema o un punto hasta que crea esa nueva realidad.
“Quien tiene la información, tiene el verdadero poder”
O una versión más moderna hecha carne en los oligopolios de los medios de comunicación:
“Quien puede manipular la información tiene el poder”
La información es el valor más deseado para quien detenta el poder, quien tiene el control de información tiene en sus manos el arte de modificar la realidad, ya no solo es el dinero, los negocios, las empresas, el manejo de estado, sino el control de la maleable mente de la gente.
“Hazle creer al indigente que es un señor con fortuna gracias a ti, y te dará hasta su último trapo, sino su vida”.
El secreto radica en convencer al común de la gente a dominar; que ellos como clase dirigente son la solución, todo lo bueno viene de sus manos, y que las calamidades de su realidad es algo que va a terminar gracias a su intervención. Son casi semidioses, no pueden fallar. Todo se cimenta construyendo una ficción, negando la realidad, creando una fantasía, dar la culpa a otros y mentir…mentir…mentir….
Siempre habrá gente informada que no caerá en la trampa de la mentira que se quiere instaurar, pero deben ser tan pocos que hasta ellos en algún momento duden de su realidad.
Fueron los nazis en la Alemania de 1930 quienes en forma sistemática, a través de su Ministro de Propaganda Goebbels hicieron uso de ello. Una vez en el poder y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático, prohibieron todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y desarrollaron un sistema para “educar” a la comunidad según su ideario a través del cine, la radio, el teatro, también los libros y sobre todo la prensa.
Dio de esa forma inicio a la puesta en marcha de los “11 principios de la propaganda” que fanatizaron y llevaron a la muerte a miles de convencidos alemanes que su lucha era justa, y les impidió ver su camino a la masacre. No eran personas tontas o fanáticos, era gente común cuya mente fue moldeada para creer que las atrocidades que cometían eran justificadas.
Principios de Goebbels
1. Principio de simplificación y del enemigo único. Concentrar la ideología en un ícono particular, y de igual forma reducir a todos los posibles contrincantes en una sola imagen enemiga.
2. Principio del método de contagio. Encasillar bajo una categoría única las posibles vertientes adversas.
3. Principio de la transposición. Adjudicar los errores propios al enemigo, negando toda responsabilidad ante la población y distraerla del origen del hecho.
4. Principio de la exageración y desfiguración. Desvirtuar hechos y declaraciones a favor del régimen. Mientras más grandilocuente y persuasivo, mejor.
5. Principio de la vulgarización. Llevar tu discurso a las masas implica reducirlo en apariencia a su nivel de entendimiento, con el fin de captar la mayor parte de la población. Aprovechar las limitaciones analíticas de la masa.
6. Principio de orquestación. Establecer un discurso reiterativo y sin fisuras ideológicas, aunque no sea honesto.
Según Goebbels, “si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7. Principio de renovación. La emisión constante de información no sólo distrae al público de los temas que más aquejan a la nación, sino que sobrecoge al rival que no puede abarcar todo el contenido que enfrenta.
8. Principio de la verosimilitud. Legitimar tu discurso a partir de piezas o fragmentos de información verídica.
9. Principio de la silenciación. Desechar y eliminar los temas sobre los cuales el régimen no tenga respuesta, y minimizar los aspectos favorecedores del enemigo imponiendo una presencia silenciadora en todos los medios posibles.
10. Principio de la transfusión. Explotar y promover actitudes y sentimientos viscerales, como el odio o los prejuicios, que se transformen en conductas establecidas que favorezcan al régimen.
11. Principio de la unanimidad. Convencer a las masas de que hay una simpatía unánime por el gobierno y sus líderes.
El doctor Leonard W. Doob, tras analizar la mecánica de las acciones propagandísticas del ministro, amplía a 19 los ítem detallando un verdadero manual en la manipulación.
Estas herramientas publicitarias pueden verse a partir de ese momento en decenas de departamentos de propaganda de gobiernos internacionales, también en grupos de poder disfrazados de medios informáticos.
Llegamos al siglo XXI con estos preceptos pulidos a través de los años y potenciados, primero con las emisoras de TV de a poco monopolizada, luego al aparecer Internet y el bum de las redes virtuales, cuando por fin se creyó que la información era libre, en las sombras se teje el armado de una realidad que no es tal , que es transmitida por potentes buscadores, corporaciones sin escrúpulos o personas físicas con recursos tecnológicos que se multiplican en la nube, inventándose un nombre para ellos: trolls.
El Dios Google tiene ideología, no es puro y agnóstico, su credo es el dinero, quien paga más aparece en sus búsquedas.
Paralelamente, occidente se escandaliza del fanatismo terrorista religioso, no es acaso otra forma de usar las mismas herramientas de lavado cerebral, ya no para tener el poder material, sino para tener sobre esas personas el poder del espíritu, quien se oponga en ese camino será eliminado, no por la pobreza como proponen los del Imperio, sino con una bala.
Hoy más que nunca, somos esclavos por culpa de la desinformación, más que aquellos remeros de las galeras romanas; que por lo menos tenían conciencia de su esclavitud.
Nadie es libre de decidir, si desconoce la realidad.
Fuentes de las cita – recuerdos propios de magistrales clases de Informática.
Fuente de “11 principios de Goebbels”
http://prodavinci.com/2013/04/23/perspectivas/historia-ideas/sabes-cuales-eran-las-estrategias-de-joseph-goebbels/
Ensayo y opinión de sucesos argentinos
por Nestor_Glvz
Se pide sepan disculpar errores en el texto, mi deseo es plantear una terrible realidad. Gracias.