Fidelizar, llamar la atención, generar engagement, atender al cliente... Hace años que las grandes marcas apostaron por entrar de lleno en el mundo de la comunicación online. Ahora, conscientes del tsunami de información que circula en la red cada vez son más las compañías que contratan influencers para reforzar el mensaje que quieren hacer llegar a sus potenciales consumidores o clientes.
Periodistas y deportistas famosos con miles de seguidores en Facebook, Twitter o Instagram comparten a diario mensajes y fotos de contenido publicitario. Hasta aquí nada nuevo. Lo único que ha cambiado es el canal con respecto a una de las estrategias más comunes dentro del mundo del marketing y la publicidad. Sin embargo, los nuevos influencers, esos especializados en un determinado sector, con tarifas muchísimo más accesibles que los 'otros' famosos y con una 'tribu' de seguidores fieles apasionados de un área concreta, han encontrado un filón en la tarta publicitaria de muchas grandes firmas. Gracias a sus cualidades han conseguido crear una comunidad y ahora son los nuevos líderes de opinión online.
Una encuesta reciente elaborada por MarvelCrowd, una startup española, señala que "el 95 por ciento de estos llamados 'influencers' o prescriptores se consideran profesionales". Las audiencias que ofrecen, muy segmentadas, son claves en la estrategia de marketing y en las acciones de marca. Lanzamientos de productos, promociones y distribución de contenido, organización de eventos... gran parte de los nuevos planes pasan por ellos. Un 82 por ciento de agencias y un 74% de empresas consideran fundamental involucrar a los influencers en sus lanzamientos de producto.
El sector de la moda y la belleza, el de la alimentación, los deportes o las madres del siglo XXI han hallado en estos prescriptores un excelente canal para captar la atención de clientes mostrando sus novedades. Instagramers, youtubers, bloggers... su influencia es indiscutible en el mundo de la publicidad y las grandes empresas han visto en ellos un puente inmejorable para llegar al consumidor.
Ejemplos hay muchos. La instagramer argentina Natalia Arenas acumula más de 10.500 seguidores en Instagram y su blog de moda 'Cómo me queda' se ha convertido en fuente de inspiración para cada vez más jóvenes. Su caché, unos 3.000 dólares por campaña. La clave para llegar hasta donde ha llegado es "tener experiencia, carisma y ser generador de contenidos de calidad", explica.
Al amparo de este auge del poder de los influencers han surgido startups que han creado plataformas inteligentes para la gestión y el control de campañas de influencers en redes sociales y blogs. Es el caso de MarvelCrowd donde participan prescriptores de diferentes países de habla hispana. De Argentina, por ejemplo, participa la diseñadora de moda y estilista Luisa Lana, más conocida en el mundo online como LuluBiaus a quien se rifan las marcas argentinas por su cuidado blog y por los más de 66.000 fieles que tiene en Instagram.
Según los últimos datos del estudio anual de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, uno de cada dos usuarios de Internet ya compró online alguna vez. En total calculan que 14 millones de argentinos hicieron por lo menos una compra online en 2014, dos millones más que el año anterior.