Por estos días los diarios del mundo se han hecho eco de la considerada primera presa política de Argentina bajo el nuevo gobierno, Milagros Sala.
Con toda la prensa oficial a favor de publicar versiones que muestran a la diputada con un currículum que compite con el del Patrón del Mal, en las redes, únicos medios libres, por ahora de la presión del gobierno a los medios se muestra una realidad que los más, defienden.
Los logros de la diputada, en comparación con las del presidente, explican el por qué la persecución, la comparación es obvia y vergonzosa para el mandatario.
Entre todos los errores tácticos para sumar esfuerzos que ha iniciado este gobierno a menos de un mes, ha conseguido un malestar generalizado, incluyendo a sus propios votantes.
En un clima de despidos, represión, inflación de precios, el encarcelamiento de la líder indígena molesta al mundo.
Se sabe que el propio Papa no acepta encontrarse con el mandatario Argentino y que ha emitido un comentario a favor de la diputada.
La prensa internacional ya habla de los métodos típicos de dictadura que se están implementando en el país.
La prensa no hace referencia a las protestas que casi todos los días se realizan en Plaza de Mayo, pero las redes mantienen alimentada la información con material de los participantes.
Mientras, en los medios a favor del gobierno, muestran a un presidente de vacaciones o ausente, en reuniones de empresarios, mientras el país sufre de diferentes problemas, despidos indiscriminados, precios exorbitantes, parálisis en el turismo o entretenimientos, inundaciones en algunas provincias, problemas de epidemia por enfermedades de vectores como el Dengue.
La situación va degradándose, pero el gobierno ataca lo que funciona y puede compararse con su propia acción.
Milagros Sala, es la primera presa política, alimentando la olla a presión que está sembrando las políticas excluyentes del modelo económico que el gobierno intenta implementar.
Habrá que ver si somos el mismo país que los militares pudieron diezmar, o seremos capaces de defender lo conquistado, lo que parece claro es que el presidente recientemente electo no es la persona que lo hará.
Pierde a pasos agigantados a sus propios votantes, sin importarles el efecto, intentan como una aplanadora destruir todo a su paso.
Habrá que ver hasta dónde llegan.