Libros de mujeres sobre mujeres
Ana Abregú escritora argentina
Literatura, relatos, crítica literaria, novelas, literatura latinoamericana

Como escritora, me he preguntado si los personajes masculinos resultan creíbles, que no es otra cosa que diseñar un perfil en que los hombres se sientan identificados, y que las mujeres los perciban como masculinos, no parece empresa posible, por más observadoras que fuéramos, no hay ninguna certeza sobre el efecto de nuestra sensibilidad femenina para detectar lo masculino. En la era de la homogeneización de géneros y el feminismo parece más difícil aún; sin embargo está la literatura, esa dimensión del arte particular, sin género no edad, que logra penetrar esa capa inconmensurable del prejuicio y construye un personaje que impacta por su realismo o por el deseo de que fuera real.

¿Y cómo nos va con nuestro propio género? Igual, aunque resulte paradójico no lo es, somos todos diferentes, ya sea por sexo, edad, condición, lo que produce el realce del género, es sencillamente el arte del autor o la autora.

Por alguna razón, me encuentro meditando sobre personajes memorables, femeninos, creados por mujeres, y las razones de tal distinción, las razones que nos son otras que personales, porque como dije, la dificultad para crear personajes de uno u otro género, es porque somos distintos, aún dentro de nuestra propia condición.

No me gusta la literatura “de género”, de hecho hasta la descarto por prejuicio, no me interesa ese ángulo, sin embargo, reconozco algunos textos que me conmovieron por un conjunto de características entre las que no puedo soslayar el hecho de que las autoras fueran mujeres y la protagonista también. Encabezan mi listado las novelas de Jean Austen, no porque que implican romanticismo, sino porque en mi particular concepción del género romántico, es la fuente de todas las demás. No hay aspectos de construcción del femenino, aún cuando trate de otra época que me resulte tan simbiótica con la construcción del femenino como esa autora, de mi preferencia su texto “Orgullo y prejuicio”.

En particular no me interesa mucho el romanticismo, pero sí los detalles constructivos del personaje, Elizabeth Bennet, la protagonista es una mujer cuestionable, en el sentido de su época, y eso la distingue. Este personaje implica un paso enfrente, para la mujer, los valores que no se cuestionaban en su época, son puestos en tención, el personaje nos conquista porque vivimos un paradigma de sociedad que comienza a sacudirse esos viejos valores que ahora nos parecen inconcebibles, como el matrimonio como contrato y sin amor, una mujer independiente que goza de su cuerpo, camina, se deja quemar por el sol, cosa mal vista en su época, Elizabeth Bennet es el paradigma de la mujer que seríamos en unos años más, y la autora percibió con total claridad ese hecho.

Ya no seríamos una mercancía, elegiríamos, cuestionaríamos, y sobre todo, ampliaríamos el horizonte de expectativa para un ser humano, la mujer, que en esa época era un ser humano descartable y desperdiciado a los escasos 25 o 26 años, como bien expresa la amiga de Elizabeht, que con 27 años siente que es una carga para sus padres y busca desesperadamente, y con preferencia, ser una carga para un esposo.

Elizabeth Bennet a su vez, cuenta con características interesante, no es la más bella, ni la que convoca las miradas, al principio, pero cuenta con atributos que son más importantes: una bella mirada; en segundo término y luego de sus maravillosos ojos, es inteligente, sensata y desinteresada. El argumento combina atributos femeninos que a los hombres encanta y la mujer admira, los ojos al primero, la inteligencia y sensatez a la segunda.

Nos gusta concluir que el conjunto resulta interesante y enamoran al que, a partir de ese momento, conforma el personaje masculino de preferencia femenina: joven, rico, más rico que sus amigos, deseado por todas, pero fiel y enamorado de una sola.

Hay detalles en la construcción de Elizabeth que nos infiere su carácter reflexivo y crítico, quedarse mirando la llama de la vela, que a su vez manifiesta un brillo de inteligencia en los hermosos ojos, característica que revela la belleza de Elizabeth, pero más importante, muestra una mujer en gesto de reflexión, de meditación, muestra una mujer en un momento íntimo, en el que se mira a sí misma, sin máscaras, en un momento previo a una decisión, siendo tales actos atributos masculinos en esa época.

Una mujer construida por una mujer, que a decir del éxito de la novela e historia repetida en versiones de película, sigue conquistando corazones.

Esta es una reducción sobre las características de este personaje, entre todos los detalles que su autora escribió y la interpretación que de ella hacen las diferentes versiones cinematográficas.





Ana Abregú.

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Literatura latinoamericana

Danilo Albero Vergara, escritor argentino
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