La rebelión contra lo establecido es una situación fácil de sobrellevar, los artistas encuentran límites o los superan pero en todos los casos, el arte se manifiesta en obras que tendrán reflejo en el pasado o en el presente, se tiende a analizar las técnicas y sobre todo, con la explosión de las nuevas técnicas que ofrece la tecnología, hay como una expectativa, a la espera de las nuevas verdades espirituales que nuevas propuestas imprimen en el arte.

Sin definir las semejanzas entre épocas, que siempre han sido romper lo establecido, la pintura en la actualidad comenzó a intervenir en los medios de comunicación, imponiendo características expresivas en todos los órdenes, en obras de pintura misma, y además, en publicidad, marketing, filosofía, literatura, arquitectura, todo espacio es invadido y busca su espacio en el impacto del espectador.

El objetivo de reproducir la realidad es casi utópico, desde las tecnologías la construcción del espacio de representación juega con la verdad de la realidad.

El arte ya no son pinceladas, meramente, sino una forma de percepción que busca en la composición, ampliar esa realidad que antes estaba en el arte como el de Velázquez, u otros.

La realidad del detalle, no la realidad representativa, es lo que se analiza en el arte de esos pintores, detalles de personas, de situaciones; sin embargo son realidades que influyeron en los mitos, en la religión, como si más allá del arte pictórico, la realidad de representación impactara sobre la historia del arte.

La razón de la representación, por sobre la habilidad del artista, está en cuestión tan presente como que en la actualidad la tecnología es una cuestión paradigmática dentro del arte moderno.

La imitación dejó de ser un valor de perfección, la representación de la época, es casi la representación de las técnicas de uso en el arte.

El escenario del arte actual, convive con todo los procesos, incluyendo en el término naturaleza, la distorsión de la misma.

El arte contemporáneo toma la belleza del arte no sólo por la construcción social, de lo que representa, sino también la técnica con que se logra, otorgándole una verdad relativa ya acomodada al espectador, más que a los analistas y críticos, cambiando la palabra evolución del arte con tendencia del arte.

La ilusión de contemplar la realidad ha mutado a la realidad de contemplar la técnica, la filosofía de reflexionar sobre el contenido, se ha convertido en una contemplación de la técnica y la estrategia discursiva que propone la obra, por encima de su representación.

Integrada a la era de la posverdad, el arte derrumba muchos de los mitos de su pureza o acción sobre espectadores peculiares.

El arte es lo que se aprecia como organizador de sentimientos superiores a la experiencia sensorial habitual, y sobre ese punto hay aspectos imposibles de definir, el arte se ha resistido y sigue resistiéndose a los moldes.

El arte ya no busca la comprensión de la naturaleza de las cosas, sino más bien que la reinterpreta, las crea.

Vivimos un momento expansivo en al mundo de los artistas plásticos, la no clasificación ni adhesión a corrientes artísticas, el nombre que podrá darse a esta época, será controvertido, y muy difícil de definir. La proliferación de lenguajes expresivos, que no siempre están en la pintura, sino también los medios virtuales, compiten por la creación de un concepto artístico transgresor, cuya noción de pertenencia a una época confusa no importa a la hora de proponer expresividad y uso de elementos cuyo significado será controvertido.

El arte actual tiene mucho de impacto, a lo que también se le suman los medios de transmisión, que muchas veces aportan a la obra, más allá de lo propuesto por el artista.

La pluralidad es la proclamación de la rebeldía, que justamente es sello del arte.