Para qué tener una página web, si las campañas pueden instalarse en redes sociales, o en su defecto abrimos un blog, o en todo caso, publicamos algo de vez en cuando en un medio de prensa.
Son algunas de las cuestiones que se plantean las empresas, porque los costos de usar esos servicios son gratuitos, aparentemente, por qué van a pagar a un SEO posicionamiento y el diseño del sitio.
Son ideas cortas, que poco comprenden la gran revolución que significa Internet, si pensaron que las redes sociales son gratis, se equivocan, las redes sociales se cobran la mejor parte, lo más valioso: el tiempo.
Las empresas pagan el tiempo que deben administrar las redes sociales, y con poca paciencia y tiempo de comprender el proceso en que se usa ese dinero y tiempo, no perciben que termina siendo un trabajo administrativo superior a los beneficios.
Las redes sociales ganan dinero en cantidades siderales, su “producto”, son los que participan en ella. Muchos quieren formar parte de ese proyecto, instalan sus convocatorias, sus ofertas y empiezan a intervenir bajo la idea de que “los otros” ganan, por qué no va a ser posible que uno también gane.
La gran ficción de las redes es que las que ganan son los que diseñan esa tecnología, todos los demás se compran los peces de colores para servir al único fin, el que gana es el que dispone la red social, todos los demás con el esfuerzo de correr detrás de la zanahoria aportan a ello, pero la situación se vuelve cada vez más compleja, requiere de más gente una creciente participación que el propósito de sostener un ritmo de retorno económico pobre en comparación con el esfuerzo.
Un proyecto de negocio exitoso en Internet, requiere de otro tipo de estrategia, uno en el que el esfuerzo sea consistente con el resultado y ello implica hacer las cosas en otro orden, uno que requiera atención controlada, una cantidad de recursos que no sea incógnita y el sentido común de mantener políticas de control sobre los resultados para mover el timón a tiempo en vez de convertirse en algo que no se pueda dar marcha atrás. Una vez ingresado el “negocio” en las redes sociales sostenerlo no es viable, bajarlo no es una opción, porque algo es mejor que nada.
Algunas empresa han tomado el toro por las astas y dijeron basta, decididas a soportar el golpe de romper con la cadena que los mantiene unidos a ese único recursos de las redes sociales, otras, se ahogan lentamente con el temor de la agonía.
Esto no es un panegírico sobre la inutilidad de las redes sociales, sino de la ubicación correcta de su función, son excelentes en dos aspectos, el primero en lo comunicaciones, lo segundo en el análisis de tendencias.
De nada sirve tener un método de difusión o un buen negocio plantado en Internet si los clientes no pueden comunicarse fácilmente y las redes sociales son muy buenas en ello.
Pero son eso y no otra cosa, todos los intentos y trucos de esos productos apuntan en una dirección que los usuarios deben prestar atención: redirigir la atención hacia un vínculo, que resulta en un artículo, nota, sitio, etc.
Todas las aplicaciones de redes sociales, prensa, blogs, foros, etc., dirigen sus lanzas hacia el propósito del clic, esto tiene una sola explicación, necesitan llamar la atención de los buscadores, lo que se logra con accesos a los sitios mediante clic, para posicionar sitios, para que den resultados económicos, un sitio debe tener suficientes accesos que llame la atención de Google.
Para ello, las redes sociales abundan en trucos de todo tipo para convocar ese clic, mayormente trasmitidos como “apoyo” a otros que comparten ese tiempo, pero lejos de un interés real por lo que un sitio puede ofrecer, Google y otros buscadores han tomado la determinación de ignorar esos accesos, son claramente manipulables y no tienen el resultado de convertir usuarios en clientes. Es por ello que las empresas no notan una reciprocidad entre participación en redes sociales y beneficios en clientes, y con esa comprobación han dejado de disponer recursos para las redes sociales.
Es en ese contexto que los sitios webs revelan su importancia, el éxito está en que debe implementar procesos que no dependan de redes sociales, ya que no es algo que le aporte en términos de posicionamiento, aunque sí en términos de facilidad de comunicación.
Tener una página es un requisito indispensable, y tener el criterio de pensarlo en la dirección correcta, los recursos de la web deberán estar preparados para participar en las otras aplicaciones, blogs, redes sociales, y no al revés. Desde los sitios se puede comunicar a los otros medios sus contenidos, sus convocatorias, y las redes sociales recursos opcionales, importantes, de apoyo, pero no sus principales plataformas de recursos.
El factor Web exitoso es el que contiene procesos de administración y control de todos los otros recursos y no destina trabajos administrativos que terminen en un sistema superior a los beneficios.
Cómo se lleva a cabo esta tarea es un proyecto de Web que debe planearse desde antes del diseño del sitio. Aunque la mayoría de los empresarios suelen consultar sobre posicionamiento en buscadores cuando ya tiene el sitio hecho, deben tener en cuenta que las condiciones de un sitio exitoso no son una casualidad, deben estar preparados para el éxito y esos factores son más invisibles que visibles, aunque eso no signifique que deban empezar de nuevo con el sitio, sino que el posicionamiento tendrá uno u otro costo dependiendo de las situaciones que deba neutralizar de lo que un sitio nuevo propone, en caso de ser negativo y agregarle, si es posible, mejoras con el propósito de mejorar sus posibilidades.