Si algo ha demostrado el uso de la Internet es que la corrección ortográfica no está en el menú de importancia para la comunicación entre jóvenes, una práctica que no ayuda al momento del paso al mundo de los adultos, al económico, al del cambio del punto de vista.
Si algo separa al adolescente del adulto es que, mientras uno espera ser identificado por su persona, el otro necesita que ser notado por lo que hace.
Vendemos lo que hacemos, y en la Internet, mucho de lo que en el mundo real son señales, como la presencia, la forma de actuar, queda desdibujado, la importancia de la correcta escritura tiene un protagonismo importante.
La fina línea que separa el mundo comunicacional de las redes sociales y el mundo empresarial de la venta de productos o servicios interceptan en la misma herramienta, la escritura.
Es necesario tenerla en cuenta porque el éxito de un sitio, de nuestro producto o servicio es la correcta presentación ante el Google que es el principal diseñador de la experiencia del éxito.
Se necesita estar a la altura en originalidad de contenidos y en correcta ortografía, pero, si todos hacemos lo mismo, parte de la originalidad es tener en cuenta el estilo.
Muchos confunden la corrección ortográfica con la corrección de estilo y son campos que difieren en el punto de vista y en normas de escritura.
La ortografía y el estilo son elementos de la escritura, pero no son lo mismo.
Google te pedirá correcta ortografía como norma para el posicionamiento en buscadores, pero tendrá en cuenta la corrección del estilo porque hace a la interpretación y coherencia de ideas.
Si hay algún logro para Google en alguna dirección es la extraordinaria capacidad de sus algoritmos para analizar la coherencia de los contenidos, lo que llamamos análisis semánticos.
La calidad del contenido tiene su presión sobre la corrección del estilo; mientras los aspectos formales de puntuación y palabras escritas correctamente, competencia de la ortografía, es el estilo el que permite una correcta interpretación y las actividades de los algoritmos necesitan encontrar la idea correcta que se quiere transmitir porque de ello depende la clasificación del contenido y su consecuencia, el posicionamiento web.
Mientras la ortografía son reglas constructivas, puntuación, palabras correctas, uso de palabras según definición; es en el estilo en donde el arte de la diferenciación y calidad hace su camino.
Google exige dos aspectos en los contenidos para poder distinguir entre dos contenidos y preferir alguno, originalidad y calidad; dos cualidades que ya les provoca problemas a los escritores en general, a los blogger, a los comentaristas o periodistas, son las mismas cualidades que separan un contenido interesante del que no, con un detalle, los humanos elegimos lo que leemos por gusto, justo por eso es que la ortografía “molesta” a los jóvenes porque unificados por las ideas, o las interpretaciones, empatía de grupos o consenso de moda, no prestan atención a las normativas comunicacionales, pero los algoritmos de Google debe tener en cuenta relaciones evanescentes, código de escrituras, lenguajes, idiosincrasia, una serie de factores que no son fáciles de sistematizar, de manera que además de la escritura, seguramente tiene en cuenta las tendencias en la construcción de la comunicación, que es una de las razones por las que los algoritmos cambian, además de la tendencia a ahorrarse el proceso de posicionamiento vulnerando sus procesos con trucos,
El estilo a su vez, es una metodología que intenta despejar la ambigüedad del discurso, un convenio en la formación de las ideas para que sea comprendida por cualquier persona que haya pasado por el proceso escolar y haya incorporado las normas de ortografía.
Mientras la literatura es, a veces, exageradamente ambigua, en ocasiones el sentido está deliberadamente escondido, como modo de elisión o de otorgarle vuelo poético, siempre estará sujeto a la acción de la interpretación; los humanos estamos acostumbrados al acto de interpretar, los algoritmos al acto de comparar, la decisión de lo mejor para posicionar queda en manos de un proceso dentro del buscador, tan ignoto como lo es el gusto por un determinado texto.
Pero no deja de ser un proceso, uno del que los SEO posicionamiento, atentos a las estrategias para sumar calidad, nos ocupamos de desentrañar para colocar contenidos en la perspectiva práctica, más que poética, necesitamos comprender qué considerará original y de calidad los procesos de Google.
La originalidad que exige es la simple copia. Es decir, no tomará en cuenta las decenas de copias de un mismo texto, tomará la primera como original y al resto las ignorará, aunque hay que tener en cuenta que Google controla la cantidad de contenido original y correctamente escrito por unidad de superficie, si un sitio tiene demasiado texto copiado, no cumplirá esa norma, con lo que el tiempo que requiere cargar esos contenidos es una pérdida del valor más importante que el dinero: el tiempo.
En otras palabras, la corrección ortográfica y la del estilo deberían ir juntas, aunque muchos las ignoran, a una o ambas, pero son una herramienta inherente al contenido que tiene que ver en la calidad del contenidos, y ésta finalmente, es el aspecto diferenciados que Google, ahora semántico, usará para determinar quién va creciendo en posicionamiento.