El problema de la falta de crédito bancario puede paliarse con préstamos inmobiliarios.
Muchos preguntan si los préstamos hipotecarios existen, ya se habla de ellos como si fueran un mito.
Desde que el Banco Hipotecario fue adquirido por capitales privados, parece que la operatoria hubiera desaparecido.
El problema no es la privatización, sino las pocas posibilidades que hay para la banca de ofrecer préstamos hipotecarios.
La situación fue generada más o menos por algo como lo que está pasando actualmente: la falta de dólares en el mercado.
El dólar es un producto más para el gobierno, tiene que comprarlo para poder ofrecerlo en su mercado interno. La situación, aparentemente, es que lo adquiere a un valor superior a lo que se comercializa en el mercado.
La razón es compleja, el gobierno se ha visto obligado a adquirir energía, electricidad y gas a países vecinos, entre otros insumos, ese costo, lo paga en dólares, a un precio determinado, ese monto no es cobrado al usuario y de ahí que se dice que la energía es subsidiada por el estado nacional.
De este modo, se produce un desequilibrio constante en la balanza de valores, que hace que la cantidad de dólares que el país puede adquirir no es compensado por lo que recauda, ya sea en carácter de insumos energéticos, luz, gas, como el de transporte.
Por otro lado, debido a la situación ocurrida en el 2001, la población no deja su dinero en los bancos, sino que compra moneda extranjera, manteniendo de ese modo el poder adquisitivo, que con esa moneda es equivalente a productos de importación.
Por ello, se han atacado los dos frentes, el cepo al dólar, las trabas a la importación.
Por más que el gobierno ofrecía alternativas de inversión, quizás mejores, como los bonos de gobierno, que son obligaciones de pagos con fechas determinadas, la población se volcó a la adquisición de la moneda extranjera, principalmente dólar.
No se puede mantener por mucho tiempo una canilla abierta.
Por estas y otras razones, el dinero no circula por los bancos, la tasa que ofrecen los bancos no restituyeron la confianza de la gente, ni tampoco la exhaustiva oferta de tarjetas de crédito sin costo de activación, cosa que por otra parte es lo usual en otros países.
Pues una tarjeta es un modo de colocar nuestro dinero en manos de los bancos.
Pero salvo las amplias cuotas en la oferta de electrodomésticos la realidad es que por los bancos circulan el monto mínimo de los clientes, a pesar de que se complica cada vez más hasta el pago de servicios, como un modo de obligar a la gente a que cualquier operatoria se concrete vía banco.
No sólo porque es un modo de control de la AFIP, sino con la esperanza de contar con fondos que permitan el crédito.
Ninguna de las acciones da el resultado que se espera, ni siquiera el cepo al dólar que por el contrario, no ha hecho más que acentuar la desconfianza provocando que haya menos depósitos en los bancos que antes, pues la gente ha preferido gastar el dinero en bienes que dejar el dinero ahorrado en el banco.
No es extrañar, ya que cualquier que haya observado el resumen de cuentas de banco, en las cuentas tipo caja de ahorro, el nombre es un chiste, pues el monto que se “gana” en intereses, es prácticamente invisible, centavos, mientras que el que los bancos cobran en otros rubros, son importantes, llámese seguro de vida, que no se entiende por qué un banco obliga a pagar, intereses por operatorias de cajeros, aunque no se quieran usar y se prefiera realizar la operación por ventanilla, y otra decenas de asuntos que aparecen en los resúmenes bancarios que contribuyen a que la población use el banco cuando la obligan a hacerlo y tenga que pagar esos conceptos por “definición” de la institución.
No es de extrañar entonces que no cuenten con posibilidades de ofrecer créditos, y menos los necesarios, a largo plazo como lo son los créditos hipotecarios.
Dada esta situación, las inmobiliarias desarrolladoras, han anexado a sus negocios la posibilidad de negociar sus convenios con flexibilidad, y está abierta a prescindir de la operatoria bancaria como intermediaria.
Es por ello que la mejor de las posibilidades de inversión actual es la del modelo de Fideicomiso al costo que ya se realiza en pesos y que cuenta con una figura de inversión protegida que no se realiza con el banco como administrador, sino con una empresa representante.
Este es el caso de la inmobiliaria Sebastian Cantero, que cuenta con varios emprendimientos, no sólo en el corredor de la costa, con edificios confortables, de alta gama, sino también en pleno centro con su emprendimiento Tango Work and Live.