Entrevista al Doctor en Letras, Roberto Ferro, en su estudio.
El encuentro se realizó en el estudio del Doctor Roberto Ferro, crítico, escritor, profesor de literatura latinoamericana Roberto Ferro cuenta con vasta obra en ensayos, teoría literaria, poesía, novelas, crítica.
De sus talleres personales han surgido escritores premiados. Es conocido por estimular la difusión de la literatura latinoamericana y es activo participante en medios virtuales.
En Internet, es director de la revista Metaliteratura, www.metaliteratura.com.ar, en la que publica interesantes ensayos críticos de escritores, además de publicar cuentos, poesía, fragmentos de novelas.
Además de que en su sitio se encuentra valioso material académico, www.robertoferro.com.ar, en su blog, http://robertoferro.blogspot.com se encontrará material de un proyecto literario que dará que hablar, sin identidad de género, podemos encontrar en esos textos el germen de su próxima novela.
En la reunión se plantearon algunas de las grandes preguntas que inquieta a la comunidad de escritores, en los que la tecnología presenta vacilaciones a la hora de definir su incumbencia en la literatura.
Estas son algunas de las preguntas que se plantearon en el encuentro:
A.A. Cuáles son los rasgos de la literatura latinoamericana del siglo XXI.
R.F. La pregunta que me hacés es tanto la formulación de un programa de investigación para un grupo de especialistas como la exhibición de una demanda que exige no postergar la respuesta. O sea lanzarse de inmediato al desafío de abrir el asunto y dar algunas pautas que permitan avanzar en la caracterización de objeto en cuestión, intentaré situarme en esta opción.
Comencemos por aproximarnos a la idea de literatura latinoamericana, dado que no ha habido, ni lo hay un consenso de su existencia indudable o, en todo caso, hay variantes y polémicas al respecto. Ante todo, conocemos por la historia y el presente de esos debates, al menos en parte, y tenemos la experiencia de las dificultades para constituir acuerdos en torno a esa designación, no solo como discurso inteligible, sino como construcción de los objetos sobre los cuales dicho campo de estudio se podría articular. Soy de los que piensan que además de establecer prioridades, límites o caracterizaciones, es necesario admitir que la literatura latinoamericana es para muchos, entre los que me incluyo, un deseo. Un deseo acaso utópico, pero que se materializa cuando uno trama líneas de lectura y arma redes genealógicas.
Dicho esto paso al segundo aspecto de tu pregunta que es la periodización, cómo parcelar la literatura según el ritmo del calendario, parece al menos imposible, porque hay escritores que publican en la actualidad que siguen buscando los rastros perdidos de los grandes padres del boom y otros que han intentado líneas de gran diversidad. Creo que uno de los rasgos a considerar es el efecto de lectura que han producido algunos escritores, por ejemplo, Roberto Bolaño, la amplitud de los campos en que ha interesado su literatura revela que por ahí encontramos algunas pistas para comprender uno de los rasgos de la literatura de los últimos tiempos. Otra, ya no centralizada en un autor sino en un problema es la búsqueda de que la palabra literaria se entrecruce con la crónica, lo que abre el panorama a ciertas modalidades de narrativa en la que se plantean problemas muy complejos, pero también da lugar a textos planos y vacíos, a menudo festejados por la crítica apegada a la moda de lo inmediato. Y, finalmente, sin pretensión de agotar el asunto, me parece que la ficcionalización de las voces narrativas, en el entrecruzamiento de vida y texto ficcional es muy fuerte en los últimos años.
A.A. Cuáles son los rasgos de la tecnología que han afectado a la literatura actual, no en los medios para acceder sino en los contenidos.
R.F. En primer lugar, cuando uno acepta entrevista sabe los riesgos, como vos, Ana Abregú estás muy concentrada en la tecnología, te parece que eso es decisivo, yo no lo discuto pero lo relativizo. No hace falta ninguna tecnología para escribir un buen texto, con los mismos utensilios que Sófocles o Cervantes, papel, lápiz e imaginación, se puede escribir un buen texto. O sea, relativicemos la importancia de la tecnología.
Luego, relativizar, es decir ironizar un poco acerca de los aires de grandeza que suelen exhibir aquellos que habitan en la nube tecnológica, no significa no reconocer que Internet ha cambiado los modos sociales de relación. Del mismo que el automóvil o la radio, la aparición de las nuevas tecnologías tiene diversos impactos en los escritores y en los lectores. Y en el ejercicio de la escritura la aparición de los blogs exponen posibilidades que abren el espacio a otras formas de escritura, sin que sean decisivas en la producción lo son en la circulación.
Digamos, a principio del siglo XX ya aparecían autos en las novelas, ahora aparecen teléfonos celulares, la conectividad modifica la representación, creo que más como tema que como procedimiento. También en el ejercicio de la escritura.
Creo que en lo que más se percibe el impacto en los modos de lectura, soy bastante crítico de algunas modalidades de lectura que propicia el uso de los nuevos medios, me parece que leen demasiado rápido, y que no hay atención suficiente en tiempos largos; eso que parece un prejuicio no lo es cuando se confronta con mi experiencia de profesor universitario durante 25 años, he visto que en general los alumnos han ganado en algunos aspectos y perdido en otros.
A.A. Si hay una nueva narrativa latinoamericana hacia adónde va, con cuales escritores está representada.
R.F. Mi muy querida amiga Ana Abregú, esa es una pregunta que parece formateada por la retórica de los suplementos culturales. Siempre están interesados en la novedad y en el sentido preciso en que se dirige esa novedad. Dice Borges cuando le preguntaron cómo sería la literatura del siglo XXI, contesta si me dicen cómo serán los modos de lectura ahí estará la respuesta.
Soy un poco escéptico acerca de la idea de lo nuevo, creo que hay grandes apariciones en el horizonte literario latinoamericano ahí van los nombres:
Macedonio Fernández, Lezama Lima, José María Arguedas y Rubén Darío, esos aun no han sido leídos como su escritura merece. La magnitud de sentido incalculable, su entropía es lo que para mí produce novedad, Barthes afirma que el impacto de un texto no depende de la repercusión que tiene en el momento de su aparición, sino en el modo en que modifica y trastorna el curso de le espacio al que pertenece.
También creo que Ricardo Piglia, Roberto Bolaño y Juan Villoro merecen atención.
El pan recién salido del horno quema, no está preparado para que se mastique ya. La literatura es de tiempos largos, acaso los ansiosos por la novedad se pierdan en valor de las texturas complejas porque están pasando de una página a otra o de un link a otro.
Fin de esta primera aproximación. Continuará.
La entrevista no ha terminado aquí, es el mero comienzo de una indagación más profunda sobre las tendencias en la literatura actual.
Una cosa es ineludible, los modos de intervención en la escritura que permite la tecnología es inevitable.
La facilidad de accesos a lecturas eclécticas, a comentarios, a intercambio de lecturas y entre lectores, sin duda tiene que intervenir en la producción de un escritor y por lo tanto es una fuente de nuevas formas de escritura y comprensión del medio escrito.
Pero lo que creo, es que aún es muy pronto para definir rasgos que definirán una época en donde la palabra propiamente está en cuestión permanente, mucho más cuando los medios de propagación permiten su distorsión. Que es parte de lo que el Doctor Roberto Ferro expresa: es difícil definir características de un hecho mientras se están transcurriendo, la distancia en el tiempo dará, seguramente, una atención y muchas propuestas diferentes como respuesta a estas cuestiones.
Esperamos tener otra oportunidad de seguir cuestionando y profundizando en estos temas que seguramente serán motivo de cuestiones en los escritores del futuro.
Para mi, a esta cuesti??n le falta el factor edad. Los antiguos escritores siempre se escudan detr??s de los viejos m??todos, lapiz y papel, como si no existiera el resto del mundo para generar aspectos literarios. Los personajes, por ejemplo, no ser??an lo mismo si bubiera carretas y los autos no existieran. Los investigadores por ejemplo, no son lo mismos argumentos ni cuestiones con celulares o sin ellos. La tecnolog??a cambian sin duda el modo de leer y por lo tanto la escritura y sus recursos.
Estoy de acuerdo con vos, y un poco m??s. Tu intervenci??n me da la oportunidad de indicar mi propia teor??a.
Un rasgo de la lit en el siglo actual, es esto que hiciste vos, con un comentario, interviniste sobre mi texto y lo resignificaste, quiz??s ampliando el concepto, quiz??s no.
Me refiero a que este modo de construcci??n: un contenido, un comentario de alquien ajeno al autor en el mismo medio, realiza un movimiento sobre el singnificado del texto, y por lo tanto lo resignifica.
Creo que eso es precisamente lo que le permite la tecnolog??a, y en este caso el medio, como aporte a un texto. Ahora que ello constituya un elemento importante para constituir una teor??a de an??liais literario es algo que no tengo elementos para decidir.
Gracias por el comentario que me permiti?? el mio. Y ese es otro elemento de esta intervenci??n: la persistencia y aumento de comentarios en el tiempo, que qui??n sabe qu?? cosas producir?? en el texto.
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