Hay que explicarle al Secretario de Comercio Guillermo Moreno, padre putativo de la situación de persecución con el dólar, que el problema no se arregla con perseguir a los pequeños ahorristas, ni tan siquiera a los que ahorran toda una vida para hacer su viajecito a Miami y comprarse una bombacha en dólares, sino a los delincuentes de verdad.
Primero, a los que se quedaron con la plata de los argentinos en el 2001, que son los mismos a los que persiguen ahora con todo tipo de trabas y condiciones para obligarlos a depositar en los bancos, cosa que está clara que no ocurrirá, sino a los delincuentes de verdad.
Me parece en lo aprendió de la mala manera.
El victimicida, se convirtió en víctima.
Fue asaltado en su propio domicilio por delincuentes armados, que no sólo le robaron a él, sino a otro departamento.
Para ser una “sensación”, la inseguridad está bastante bien actuada.
Matan, asaltan, pero el gobierno sigue pensando que son actores, no de escenarios, sino actores políticos que difunden, exageradamente la situación de inseguridad.
Ahora que uno de ellos fue víctima de la sensación de inseguridad, ¿qué adornos le van a poner?
Con qué discursos van a disfrazar la sensación de inseguridad, que ahora está alcanzado a funcionarios y demás acólitos de la corte oficialista.
La modalidad entradera, que es la que sufrió Moreno, está dentro de la categoría de “sensación de inseguridad”?
Aun así, aunque lo de la inseguridad es una mera sensación, estoy seguro que toda la policía que debería estar previniendo o cuidando esa sensación, ahora va a estar atenta a la sensación de inseguridad de los funcionarios.
Para ellos, habrá vigilancia y prevención de la sensación de inseguridad.
La inseguridad a secas, la seguiremos sufriendo el resto de los mortales.