Las empresas han percibido que entrar en la Internet con la idea de un negocio visible, no es tan directo ni simple, sobre todo cuando hay permanente evolución en las propuestas participativas, en las que las redes sociales, como su nombre lo indica, atiende aspectos de conjunción en objetivos que no parecen involucrar negocios.
Pero la ley no escrita es que donde hay usuarios hay un negocio posible, sin embargo el problema es llegar a ellos, y particularmente a los que pueden convertirse de usuario a clientes.
La convocatoria por “bulto”, envíos de mails masivos o participación en redes sociales en grupos grandes, no han dado el resultado espera, la razón de ello no es solo que hay una casualidad en encontrar al clientes, sino que el proceso de administración para llegar a ello es superior al beneficio.
Las empresas ha comenzado a cuestionar los costos de esa participación o la superestructura necesaria que ha puesto en alerta las condiciones para llegar a los clientes, además del descontrol en la dimensión desconocida de la Internet.
Los canales tradicionales de publicidad, sus métodos y análisis no parecen válidos ni suficientemente efectivos, el fenómeno de convocatoria en la red sigue siendo esquivo, no parece que se ajustara a ninguna fórmula.
Los medios de comunicación de masas, externos a la red, son métodos que no aplican al medio acuoso y evanescente de las tendencias en la Internet, el marketing de promoción está sujeto a las aplicaciones a disposición y no son para usuarios que acepten la invasión publicitaria, pues su participación es para otros objetivos.
El único éxito que va directo al punto, es el que desde el principio ha destacado: las búsquedas de los usuarios, por criterios específicos que hacer a temas, productos, servicios; parten de la idea clave: el usuario necesita algo, lo busca, aquellos que aparezcan entre las tres primeras páginas de ese resultado serán los exitosos.
Para ello, no es de descartar medios como las redes sociales, que aunque no participan en la ecuación de posicionamiento en buscadores, sigue siendo un medio de comunicación válido, una vez que se ha logrado la visibilidad, pero es para un momento posterior, lo que plantea una paradoja a resolver, la publicidad, el marketing, se organiza alrededor de un análisis de tendencias, de cómo los usuarios buscan, de cómo se enteran lo que hay y en todo caso, de cómo, en definitiva, le llega la información, sea por redes sociales, medios de prensa.
Quién llegó primero, el huevo o la gallina.
En la realidad, hay un ecosistema entre redes sociales y búsquedas, son ideales para el análisis de tendencias, dato que se utilizará para diseñar estrategias para el posicionamiento web.
Si se necesita aparecer en las búsquedas, es necesario saber cómo nos buscarán los usuarios, y es ese punto, donde la clave de la participación en las redes sociales ofrece su mejor versión.
Para ello, no es necesaria la participación excesiva, hay herramientas con qué recabar esa información, sobre todo Big Data, donde la investigación llevará a una respuesta sobre por cuales son las búsquedas que atraen a los usuarios que podrían interesarse por nuestro producto, servicio o información.
Luego, poner en marcha la maquinaria que responda a esas cuestiones, es la parte del proyecto de posicionamiento que debe estar preparada para el momento en que se conocen esos datos.
En otras palabras, no es el azar, ni el bulto el que proveerá las respuestas necesarias para la visibilidad de la empresa, sino métodos que están al servicio de dar respuesta, investigación y marketing de una manera diferente a la tradicional, son la respuesta.
La adaptación constante a los movimientos y tendencias es parte del diseño de los sitios, el proyecto de posicionamiento incluye la forma en que los sitios deben responder a las exigencias de los cambios y mutaciones que son el sello de la Internet.
Un proyecto de posicionamiento implica control constante, persistencia y sobre todo, cuidar que los procesos iniciados se puedan mantener en el tiempo, nada ocurre cuando es algo transitorio, un proyecto de posicionamiento convive con la vida útil del negocio y se adapta a los cambios de tendencias.
Lo ideal es tener en cuenta las estrategias a implementar, para el posicionamiento e incluir el diseño del sitio en esas estrategias, es bastante común descubrir sitios cuyo diseño boicotean el proceso o simplemente no aportan nada al éxito del mismo.
Un proyecto de posicionamiento integra recursos y ellos son el sitio, redes sociales, medios publicitarios; todo ello con un constante control y persistencia en las estrategias implementadas.
Un criterio para elegir la empresa que pueda llevar a cabo estos lineamientos, se escribe “posicionamiento en buscadores” en Google, la empresa que quieres contratar debería estar entre las tres primeras páginas de Google, entre los vínculos naturales, no los pago.
