El cielo rebota en el estanque
y Dios –dicen los abuelos–
se le escabulle al templo
para ir a saltar en los cerros
recomponiendo nubes y luz,
torneo de anhelos y motivos
hecho espigas de melodías
derramándose en las orillas
con bendiciones de la vida
y certezas de canción furtiva.
© Alfredo Cedeño
http://textosyfotos.blogspot.com/