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Es una forma de decir que el tema de poesía tanto gana cultores como detractores. De los detractores suelo pensar que escuchan poemas como el zorro que veía verde las uvas porque no podía alcanzarlas.
La poesía siempre ha sido un lenguaje secreto, un lenguaje que llega al cuerpo sin que se pueda definir cómo entra, cómo se queda, cómo surge, conmueve el universo del mismo modo que la mejor ópera lo hace con el oyente exquisito.
Algunos dicen no sentir ese cimbronazo, esa perfecta conexión con el universo del sonido y la textura de las palabras, son ideas vueltas color, no se pueden graficas más que las específicas palabras con que ha sido escrito el poema.
Y cada vez somos más, más poetas, más necesitados de poesía, más exigentes.
A los que aún no han encontrado el camino al desciframiento del lenguaje poético tal vez le convenga saber que trata de escuchar con el cuerpo, aunque entre por el oído, abandonarse al sonido al efecto, a las palabras elegidas y requiere de escucharla muchas veces de leerla muchas veces.
Los encuentros de lecturas de poetas funcionan como un mantra, hipnotizan, le hablan al cuerpo.
Este efecto no es aislado, se expande, contagia, convoca, es lo que está pasando con el Festival de Poesía de la Feria del Libro de este año, la concurrencia es mucha, con un material muy interesante.
Aquí incluyo algunos de los poetas que le logrado filmar, es una lástima que coincidiera con otros encuentros de la Feria tan interesantes que te obliga a elegir.
